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Historia


Introducción

La gran riqueza arqueológica del entorno de Beas atestigua una ocupación humana desde los remotos tiempos del Paleolítico Inferior, ininterrumpida a lo largo de todas las etapas históricas. Poblados de la Edad del Bronce, como el del Cortijo de los Cuatro Vientos o Bretaña, o el de Cornicabral, definen una intensiva ocupación centrada en la agricultura y el control de los centros mineros. Una nueva ordenación del territorio se define al final de la Etapa Ibérica, con Morrón de Guadahornillos como centro de control y numerosos asentamientos agrícolas.

En la Edad Media, Beas, al igual que la mayor parte de las poblaciones de las sierras orientales de la provincia jiennense, contó con un complejo sistema defensivo. Pero el tiempo y las circunstancias históricas no jugaron a su favor. La población creció invadiéndolo y en la actualidad apenas se conservan restos de él. La fortaleza se alzaba en la cima de la peña y contaba con un amplio recinto. Tenía al menos 4 torres y en uno de sus extremos se alzaba un segundo recinto a modo de alcázar.

La fortaleza debió construirse en época islámica y su función principal sería servir de refugio a la población. En esta etapa Beas debió ser una de las 300 aldeas que según al-Zuhuri existían en esta zona o una de las 33 fortalezas. La villa debió ser conquistada entre los años 1224-1227 por don Juan, obispo de Osma, Canciller del rey de Castilla Fernando III. Debido a su localización estratégica, el Maestre de la Orden de Santiago, don Rodrigo Íñiguez, logró su permuta por una serie de lugares en la diócesis de Osma a favor del mencionado obispo en 1239.

En 1575 y 1578 Beas contesta a las Relaciones Topográficas de Felipe II, en las que aparece como un centro económico floreciente de la zona de Segura. Tenía unos 4.500 habitantes y una fuerte impronta agraria, doce molinos harineros, dos destinados al aceite y cinco batanes para la transformación de la lana e industria pañera. Durante este reinado estuvo incluida primero en la demarcación territorial de Toledo y dentro de la Encomienda de la Orden de Santiago, pasando, posteriormente, a la dependencia del Gobernador de Segura. También en 1575, Santa Teresa de Jesús, ya con seseta años, se desplazo desde Salamanca a Beas de Segura, para fundar el Convento de las Carmelitas Descalzas de San José del Salvador. Tres años más tarde llegará San Juan de la Cruz. Pocas Villas pueden presumir de haber sido fuente de inspiración poética de algunos de los literatos más universales. Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz o Francisco de Quevedo se sintieron cautivados por los parajes que encontraron en Beas de Segura.

En esta época Beas es el Centro Económico de la Sierra de Segura. Entre los años 1575 y 1578 Felipe II mandó realizar en los pueblos de la corona de Castilla una encuesta, directamente relacionada con su política militar y hacendista, cuya finalidad no era otra que la de conocer de cada uno de ellos su población, sus cultivos, sus talleres, su estructura social, encuesta que, como se puede suponer, afectaba a una villa, "Beas de Segura", incluida en este reinado, primero, en la demarcación territorial de Toledo y dentro de la Encomienda de la Orden de Santiago, pasando, posteriormente, a la dependencia del Gobernador de Segura. Razones a las que había que agregar una más, a saber, el hecho de que en estos años -siglo XVI- la villa de Beas de Segura constituía uno de los centros económicos de la zona de Segura.

Las vicisitudes y altibajos no sólo afectaron a sus edificios e instituciones emblemáticas sino que también lo hicieron sobre la población. En efecto, si el siglo XVI se caracterizó por la expansión demográfica, los siglos XVII y XVIII lo harán por todo lo contrario, esto es su contracción. Si en 1575 hablamos de 1000 vecinos y unos 4500 habitantes, en 1850 su población descenderá a los 731 vecinos y las 2695 almas.

En efecto, si nos atenemos al factor propiedad, se observará cómo ya en pleno siglo XVI se constataba la presencia de cuatro grandes grupos: un primero, formado por unos 800 campesinos; un segundo, formado por medianos y grandes propietarios, simbolizados en los 17 cortijos particulares que existían en la villa; un tercer grupo, constituido por las propiedades agrarias de la Orden de Santiago, y por último, la propiedad concejil, que no llegaba a superar el 1,09% de la renta agraria del municipio.

La fase de esplendor de los tiempos de Felipe II, en la que la villa constituía el referente comarcal, irá dejando paso con el discurrir del tiempo a una realidad mucho más sombría, en la que sus 500 casas, sus 16 calles -dos de ellas principales- y sus 3 plazas de mediados del siglo XIX no reflejaban sino el recuerdo de un pasado en un marco de ruralismo y monotonía, sobresaltado tan sólo por alguna que otra coyuntura como la que acontecerá en 1810, cuando la misma casa consistorial fue pasto de las llamas y atropellos que propinaron las tropas francesas de invasión. Por lo demás, la oligarquización del poder y la consolidación de un orden rural desequilibrado acabarán convirtiéndose, como en otros tantos lugares, en denominador común de la vida de los beatenses.

El crecimiento demográfico del siglo XVI y la canalización del excedente agrícola de la comarca caracterizaban la economía de una villa marcada, como era de esperar, por una fuerte impronta agraria, en la que sobresalía, el cultivo del cereal (trigo, cebada), los frutales (manzanos, ciruelos, perales e higueras), las hortalizas, el olivar y el viñedo. Hay que agregar la importante superficie forestal, tanto de monte alto como bajo, con la que contará el municipio a lo largo de toda la edad moderna. Había una fuerte impronta agraria que escondía una estructura social en Beas de Segura significativamente desequilibrada.

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Orígenes del nombre de Beas de Segura

No sabemos con claridad de donde procede el gentilicio de Beas, ya que todo es un enigma, Beatenses o quizás Serreños , son algunas de las denominaciones mas comunes.El nombre parece venir del termino "VEGA",que significa "huerta","tierra fértil". Este sustantivo es una antigua voz castellana que comparte con el portugués "veiga". Estas dos palabras tienen su origen en el vocablo ibero "vaika", que significa "terreno regable","tierra fértil".Otro posible origen puede derivar del mismo asiento y sitio de la "Villa", que es muy vistoso y deleitoso, con la variedad de fuentes y frescura que le acercan.

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Escudo de Beas de Segura

Es un campo verde, un puente romano de dos ojos, de plata, mazonado de sable, sobre ondas de azul y plata, en medio de los cuales figura una trucha en su color natural. Sobre el puente, un castillo de plata, almenado y mazonado de color negro. El castillo y puente están cargados por una Cruz de Santiago de Gules, modelo que actualmente utiliza el Ayuntamiento. En 1575 Beas contesta a las Relaciones topográficas de Felipe II descubriendo así el escudo existente desde tiempos inmemoriales : " Una torre sobre un puente e un río que pasa por debajo e una trucha dentro del río...e la razón de dichas armas esta en que a la villa no se puede entrar por ningún camino real si no es pasando por el río e puente".

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Historia Antigua

La ocupación humana del entorno de lo que hoy es Beas de Segura es muy antigua en el tiempo.

Los primeros testimonios que tenemos son de los primitivos pobladores, que nos conducen al lugar denominado Puente Mocho, este es uno de los yacimientos arqueológicos más antiguos de la provincia de Jaén.

Las piezas mas antiguas que se conservan en el Museo Provincial de Jaén en la sala Prehistoria pertenecen al Puente Mocho, hallándose materiales del Paleolítico Inferior.

Es un extenso hábitat al aire libre junto a las terrazas del río Guadalimar.

En este y otros lugares se han encontrado restos de cantos rodados y guijarros trabajados en cuarcita, por esta y otras razones es posible que existiera un campamento estacional utilizado por seres humanos anteneardentales. Esta presencia se ha hecho

Permanente a lo largo de toda la historia, y así lo atestiguan los asentamientos arqueológicos localizados en los alrededores del termino municipal: El Castellón, Cornicabral, Calar de los Baños, Bastagoya, El Tobar.

En todos estos lugares, y otros se han identificado sitios ocupados en las diferentes fases de la Prehistoria, la Protohistoria y la Edad Antigua, teniendo un gran patrimonio arqueológico. La Edad del Bronce tiene una gran importancia, ya que tuvo una intensa ocupación y asentamientos en la Villa de Beas. Poblados en altura como el del Cortijo

de los Cuatro Vientos, y poblados en la vega, como el del Cornicabral, nos muestran una estrategia económica que debió tener en la agricultura y en el control de los centros

mineros, las bases materiales de aquella sociedad.

Tras la ocupación de la Edad del Bronce, sigue un periodo apenas conocido pero que debió marcar cambios trascendentales en la ocupación del territorio tal y como se define en el abandono de una gran parte de los asentamientos de aquella época. Solo

mucho después, durante una fase avanzada del mundo ibérico, volvemos a contar con informaciones arqueológicas que indican una revitalización social y en consecuencia demográfica del área.

Su mayor desarrollo parece corresponder al final de las fases ibéricas, cuando tras un largo periodo de aparente despoblamiento del área serrana, vuelve a producirse una reocupación de la misma a partir de una presumible expansión del área oretana y la consiguiente colonización de nuevas tierras mediante pequeños asentamientos de carácter agrícolas .El asentamiento de El Morrón, dadas las circunstancias de su ubicación especial, nos estaría indicando un punto de control territorial de marcado carácter estratégico, en una nueva ordenación del territorio que se define desde el siglo III y hasta que la presencia romana se hizo muy efectiva en el área

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Historia medieval

La historia Medieval de Beas de Segura es una fortaleza casi desaparecida esta localidad contó con un complejo sistema defensivo. Ese sistema defensivo aparece descrito en las "Relaciones" de Francisco de León, comendador de la Orden de Santiago que fue comisionado en 1468 para inspeccionar las fortalezas. La fortaleza se asentaba en la cima más elevada de la peña. Constaba de un amplio recinto realizado en tapial, y reforzado posteriormente con mampostería empleando la toba propia de la zona.

Tenia al menos 4 torres en su flanco norte. En uno de sus extremos se alzaba un segundo recinto, a modo de alcázar, con una muralla también de tapial, de once

Varas de altura (9 o 10 metros), protegida por una barbacana.

El alcázar comunicaba con el recinto exterior a través de dos puertas. En el centro del alcázar había un amplio patio con un pozo de agua dulce en su centro .La población debió surgir en época islámica o quizás antes, por los existentes restos romanos encontrados en el entorno.

Los recintos serían en esa época un pequeño reducto, cuyas únicas estructuras estaban en función de defender el pozo-manantial del que se abastecería la población, y un recinto, a modo de alcázar, cuya función principal seria la de servir de refugio a la población, como señala Francisco de León.

La población debió surgir en época islámica o quizás antes, por los existentes restos romanos encontrados en el entorno.

En cualquier caso seria una población orientada a la agricultura, y como muchas de ellas sus fortificaciones se habrían ido formando a la largo de los siglos, especialmente a partir del siglo XI por la inestabilidad de la región. La localidad debió caer en poder de Fernando III en1235, pasando a manos de la Orden de Santiago en 1239, constituyendo unos de los centros principales de esta localidad en el Alto Guadalquivi

Conocemos buena parte de las propiedades y la renta que la Orden tenia gracias a los libros de visitas, de los que se conservan varios. Por el realizado tras las visitas efectuadas en periodos 1478-1480 sabemos por ejemplo que por entonces había en la población 4 hornos de pan, 1molino de aceite, y 3 de harina.

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A partir del siglo XVI

En esta época Beas es el Centro Económico de la Sierra de Segura. Entre los años 1575 y 1578 Felipe II mandó realizar en los pueblos de la corona de Castilla una encuesta, directamente relacionada con su política militar y hacendista, cuya finalidad no era otra que la de conocer de cada uno de ellos su población, sus cultivos, sus talleres su estructura social,.

Encuesta que , como se puede suponer , afectaba a una villa, "Beas de Segura", incluida en este reinado, primero , en la demarcación territorial de Toledo y dentro de la Encomienda de la Orden de Santiago, pasando, posteriormente , a la dependencia del Gobernador de Segura . Razones a las que había que agregar una más , a saber , el hecho de que en estos años-siglo XVI- la villa de Beas de Segura constituía uno de los centros económicos de la zona de Segura .

Las vicisitudes y altibajos no sólo afectaron a sus edificios e instituciones emblemáticas sino que también lo hicieron sobre la población. En efecto, si el siglo XVI se caracterizó por la expansión demográfica, el siglo XVII y XVIII lo harán por todo lo contrario, esto es su contracción. Si en 1575 hablamos de 1000 vecinos y unos 4500 habitantes , en 1850 su población descenderá a los 731 vecinos y las 2695 almas.

En efecto, si nos atenemos al factor propiedad, se observará cómo ya en pleno siglo XVI se constataba la presencia de cuatro grandes grupos : un primero, formado por unos 800 campesinos; un segundo , formado por medianos y grandes propietarios , simbolizados en los 17 cortijos particulares que existían en la villa; un tercer grupo , constituido por las propiedades agrarias de la Orden de Santiago, ; y por ultimo la propiedad concejil, que no llegaba a superar el 1,09 % de la renta agraria del municipio.

La fase de esplendor de los tiempos de Felipe II, donde la villa constituía el referente comarcal, irán dejando paso con el discurrir del tiempo a una realidad mucho más sombría, en la que sus 500 casas, sus 16 calles - dos de ellas principales - y sus 3 plazas de mediados del siglo XIX no reflejaban sino el recuerdo de un pasado en un marco de ruralismo y monotonía, sobresaltado tan sólo por alguna que otra coyuntura como la que acontecerá en 1810 ,cuando la misma casa consistorial fue pasto de las llamas y atropellos que propinaron las tropas francesas de invasión. Por lo demás la oligarquización del poder y la consolidación de un orden rural desequilibrado acabarán convirtiéndose, como en otros tantos lugares, en denominador común de la vida de los Beaténses.

El crecimiento demográfico del siglo XVI y la canalización del excedente agrícola de la comarca caracterizaban la economía de una villa marcada, como era de espera, por una fuerte impronta agraria, en la que sobresalía, el cultivo del cereal (trigo, cebada ) , los frutales (manzanos, ciruelos, perales e higueras ), las hortalizas , el olivar y el viñedo. Hay que agregar la importante superficie forestal, tanto de monte alto como bajo, con la que contará el municipio a lo largo de toda la edad moderna. Había una fuerte impronta agraria que escondía, una estructura social en Beas de Segura significativamente desequilibrada.

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Santa Teresa de Jesús

No puede entenderse Beas de Segura sin la corriente de espiritualidad que tiene como protagonista la Reforma del Carmelo, llevada a cabo por Santa Teresa en estas tierras, gracias a la amistad que la unían a una noble familia de este pueblo, los Sandoval, quienes le facilitan los medios materiales y el aliento humano para no desfallecer en la tarea.

En el año 1575, Santa Teresa, ya con sesenta años, se desplazó desde Salamanca a Beas de Segura, para fundar el Convento de Carmelitas Descalzas de San José del Salvador, sufragado por Doña Catalina Godinez y Doña Maria de Sandoval, pertenecientes a la nobleza local, que tomaron allí sus hábitos. Finalmente el 25 de Febrero, se fundó el convento y la madre Teresa abandona Beas en Mayo, dejando como priora a Ana de Jesús. SANTA TERESA, en el "LIBRO DE LAS FUNDACIONES", se refiere a la que ella llevara a cabo en Beas, elige la sencillez narrativa para el evento, dándole un toque providencialista, casi de milagro, a la realización de tan loca tarea:"Vino un mensajero de la villa de Beas con cartas para mí de una señora de aquel lugar y del beneficiado de él y de otras personas, pidiéndome fuese a fundar un monasterio, porque ya tenían casa para él; que no faltaba sino irle a fundar."Santa Teresa narra las dificultades de la empresa, desde el principio, enamora a la Santa

"DIJOME GRANDES BIENES DE LA TIERRA, Y CON RAZON, QUE ES MUY DELEITOSA Y DE BUEN TEMPLE."Fundando en Beas un centro de espiritualidad, con unas secuelas de literatura religiosa, que llenaría páginas interminables.

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San Juan de la Cruz

En la ardua tarea de consolidación de este convento, que Santa Teresa dedicara ala advocación de San José, encontró el apoyo sin fisuras de San Juan de la Cruz. El padre Juan de la Cruz había escapado de la cárcel conventual de Toledo hacia fines de agosto de 1577, muerto de hambre y de torturas. Después de los primeros cuidados fue nombrado prior del convento del Calvario, a una legua de Beas. Mientras residía en el Calvario venia los sábados de cada semana a confesar y dar los sacramentos a las religiosas, y los lunes siguientes se iba andando como había venido.

En Beas y en el convento del Monte del Calvario, es donde S. Juan de la Cruz culmina su vocación como escritor, dejándonos sus pensamientos y avisos espirituales. Redacta"LAS CAUDELAS," tratadillo destinado a las descalzas de esta villa. Compone el modelo del "MONTE DE PERFECCIÓN" siendo su primer trabajo pedagógico. Escribe, algunas "sentencias y avisos espirituales", siendo algunos incluidos en los "DICHOS DE AMOR Y LUZ".Iniciara a escribir, la "SUBIDA NOCHE " y compone las cinco estrofas del "CANTICO ESPIRITUAL".

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Francisco de Quevedo y otros.

Pero no pensemos que Beas de Segura fue solamente fruto de una cultura religiosa. Es fácil registrar la presencia repetida, física y epístolar, del genio literario del "Conceptismo"español," Francisco de Quevedo", unido a la población por lazos de amistad y parentesco en segundo grado.

Entre sus frecuentes viajes, dedicó varios a pasear por la abrupta geografía de Beas, dejándonos su saber literario en nuestra historia. Pasó grandes temporadas en la casa de "Sancho de Sandoval", al que dedicó un epistolario. En épocas más recientes, el espíritu ilustrado de poetas y profesores pasaron por estas tierras.

La villa de Beas fue cuna de una hidalguía prodiga en personas de letras, militares o religiosos como el dramaturgo "Diego Tornel", el teólogo "Millán García" , el conquistador "Diego de Mexía", el navegante, "Juan Garcés", entre otros.

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